Teka negocia un ERTE en su planta de Santander debido a fluctuaciones del mercado y busca refinanciación con bancos para asegurar su viabilidad.
Teka está negociando con los sindicatos un plan de reducción temporal de empleo (ERTE) en su planta de Santander. La empresa y los representantes sindicales están en proceso de consultas para regular la situación en la fábrica de Cajo, donde trabajan alrededor de 250 personas. Según el presidente del comité, Luis Fernández (UGT), en principio, Teka propone un ERTE de un año de duración, con una reducción de aproximadamente 32 días laborables por empleado. Los sindicatos intentarán mejorar esta propuesta. El ERTE es menor de lo esperado inicialmente y se basa en razones organizativas y de producción. En resumen, Teka busca flexibilidad para adaptar su producción a las condiciones del mercado, que se ven afectadas por la pandemia y las implicaciones económicas e industriales del conflicto entre Rusia y Ucrania.
En el pasado, la planta de Santander ya enfrentó problemas de suministro de materias primas debido a dificultades con algunos proveedores. El objetivo del ERTE que se está negociando este mes de mayo es abordar esta situación. Según Fernández, el ajuste laboral afectará en principio a toda la plantilla, pero es posible que tenga un mayor impacto en el área de producción, dentro de los límites de las 32 jornadas que se están discutiendo actualmente.
Además de los problemas de producción, Teka también está en negociaciones con sus principales acreedores, Banco Santander y BBVA, para refinanciar una deuda de 150 millones de euros. La compañía ha contratado a Ernst & Young para diseñar un nuevo plan de negocio que asegure su viabilidad a largo plazo. La consultora también es la auditora de las cuentas y ha advertido sobre el riesgo para la continuidad de la empresa. El CEO del Grupo, Stefan Hoetzl, ya había mencionado en otoño la posibilidad de dificultades y sacrificios en el futuro.
Por ahora, los primeros sacrificios se reflejan en la flexibilidad propuesta, similar a la de otras fábricas como BSH o GSW. Por otro lado, Teka se enfrenta a una batalla con los bancos.
